“Beti zurekin, Athletic beti zurekin, beti zurekin!”. El público de San Mamés ha despedido de esta manera a los leones pese al severo correctivo recibido frente al Valencia del imparable Soldado. No fue una buena tarde para los rojiblancos, pero así y todo la afición agradeció de forma simbólica el esfuerzo de los leones.
La ausencia de Llorente en el once titular, tal y como podía inturise, pesó como una losa sobre el conjunto bilbaíno. Bielsa, con la baja añadida del sancionado Toquero, tuvo que improvisar sobre la marcha. Su apuesta inicial consistió en situar a Susaeta como delantero centro con Muniain en banda derecha e Iñigo Pérez en la izquierda. No funcionó. Tras el descanso, con 0-1 ya en el marcador, el técnico argentino optó por meter a Ibai en el ala diestra y a Muniain en la zurda, continuar con Susaeta por el centro y dejar en la caseta a Iñigo Pérez.
El equipo pareció sentirse más cómodo de esta manera, pero el segundo tanto visitante, obra cómo no de Soldado, acabó con sus fundades ilusiones de remontada. La posterior expulsión de Iraola, por doble amonestación, solo vino a complicar aún más el ya de por sí negro panorama del Athletic.
Los delanteros, como quedó demostrado ayer en La Catedral, marcan diferencias en el fútbol. Sin Llorente sobre el césped de San Mamés, Soldado acaparó el protagonismo realizador con un hat-trick que incluyó tres dianas como tres soles.
