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Próximo Partido (Jornada 3 LFP)

Sábado 13 de Septiembre a las 16:00 horas

F.C. Barcelona - Athletic Club de Bilbao

martes, 28 de agosto de 2012

Cuatro y ... gracias

Tiago Mendes (d), celebra su gol, cuarto de su equipo, durante el encuentro, correspondiente a la segunda jornada, que Atlético de Madrid y Athlétic Club
 
La prueba del Calderón sirvió para dejar patente que el Athletic no funciona a nivel defensivo. Su sistema de contención, a modo y manera de lo experimentado ante el Betis en San Mamés, saltó por los aires a las primeras de cambio. Falcao, un auténtico depradador del área, tuvo mucho que ver en la desgracia bilbaína. Su hat-trick refleja bien a las claras donde radicó el mérito de uno y el demérito de otros.
Lo mejor que le puede pasar al equipo vizcaíno es que lleguen las doce de la noche del próximo viernes cuanto antes. Que el futuro de Llorente, al que los del Frente Atlético cantaron ayer "Es español, Llorente es español", y Javi Martínez quede aclarado de una vez por todas. Bielsa, un maestro en armar y rearmar bloques, tiene trabajo por delante.
Lo más triste de todo lo triste vivido anoche en Madrid es la pobre imagen que dieron los leones. Voluntad, esfuerzo y ganas no faltaron a los jugadores rojiblancos; espíritu y capacidad competitiva sí. Simeone tiene bien tomada la medida a los bilbaínos.
Habría que tirar de hemeroteca para encontrar un choque en el que el Athletic de Bielsa crease menos ocasiones de gol que ayer noche. Los intentos ofensivos de los rojiblancos fueron inocentes a más no poder. Salvo en algunas acciones a balón parado, nada de nada.
Y atrás queda todo dicho. De no ser por Iraizoz en la recta final de la contienda, la derrota podría haber sido escandalosa. Está bien ser fiel a un estilo concreto de juego, pero no se pueden realizar tantas concesiones en defensa. El equipo dispone de jugadores y recursos suficientes como para no recibir tantos en contra como el que, por ejemplo, abrió la lata. Falcao se fue desde prácticamente la línea de banda y sólo detuvo su solitaria carrera cuando ya había depositado el balón en la red. Un tanto, sin duda, que retrata al ayer pobre sistema de contención vizcaíno. Fueron cuatro, en definitiva, pero pudieron ser ocho.




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